Odontología del bebé

ODONTOLOGÍA MATERNOINFANTIL Y DEL BEBÉ 

El papel del odontopediatra es fundamental en la atención de la salud bucodental perinatal e infantil, en particular en lo que respecta al establecimiento de un hogar dental.  

PERIODO PERINATAL/BEBÉ RECIÉN NACIDO 

El período perinatal es el período que comienza con la finalización de la semana 20 a la 28 de gestación y termina de una a cuatro semanas después del nacimiento. Este periodo juega un papel crucial para el bienestar de las mujeres embarazadas y la salud y el bienestar de sus hijos recién nacidos. La mala salud bucal de las madres se asocia con la mala salud bucal de sus hijos. 

CONSIDERACIONES: 

HOGAR DENTAL 

Se aconseja que la primera visita al odontopediatra sea al año del niño para establecer un hogar dental. Esta evaluación inicial debe incluir la evaluación del riesgo de caries, el examen de tejidos blandos y duros; así como consejos de dieta e higiene dental.  

HIGIENE ORAL 

Las medidas de higiene bucal deben implementarse a más tardar en el momento de la erupción del primer diente temporal. Se recomienda limpiar los dientes del bebé tan pronto como salgan con un cepillo de dientes suave del tamaño apropiado para su edad y un mínimo 2 veces al día.

DIETA 

La lactancia materna juega un papel muy importante en la nutrición, el desarrollo y las ventajas psicológicas y sociales del bebé. Además, reduce significativamente el riesgo de una gran cantidad de enfermedades agudas y crónicas. La leche materna no ha sido epidemiológicamente asociada con caries; sin embargo, la lactancia materna por más de 7 veces al día, después de los 12 meses de edad, se asocia con un mayor riesgo de caries en la edad temprana. 

La alimentación nocturna con biberón y/o zumo y el consumo frecuente entre comidas de bocadillos, snacks o bebidas que contienen azúcar aumentan el riesgo de la caries de la primera infancia. Además, la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que no se introduzca zumo de fruta 100% por día y como parte de una comida o refrigerio antes de los 12 meses de edad y limitado a no más de 4 onzas/114 gr diarios para niños entre las edades de uno y seis años.   

ERUPCIÓN DE LA DENTICIÓN 

La dentición puede provocar molestias localizadas intermitentes en el área de los dientes temporales en erupción, irritabilidad y salivación excesiva; sin embargo, muchos niños no tienen mayores dificultades aparentes. El tratamiento de los síntomas incluye analgésicos orales y mordedores fríos para que el niño note alivio al morder. Se desaconseja el uso de anestésicos tópicos, incluidos geles para la dentición de venta libre, para aliviar las molestias debido a la posible toxicidad de estos productos en lactantes.  

FLÚOR 

La exposición óptima al flúor es importante para todos los lactantes y niños dentados. El uso de fluoruro para la prevención y el control de la caries se ha descrito como seguro y efectivo.

Se debe usar fluoruro tópico aplicado profesionalmente, como barniz de fluoruro para los niños con riesgo de caries.

Para maximizar el efecto beneficioso del flúor en la pasta de dientes, el cepillado de dientes supervisado debe realizarse dos veces al día como mínimo y, al finalizar el cepillado, no se debe enjuagar con agua ni con nada.

En niños entre 6 meses y 3 años, cepillarse los dientes un mínimo de 2 veces al día con una pasta dental de 1000 partes por millón (ppm) de flúor en cantidad mínima; esto es tamaño “mancha” o “grano de arroz”.

Para niños entre 3 y 5 años, cepillarse los dientes un mínimo de dos veces al día con pastas dentales de 1000 ppm de flúor en cantidad “guisante”.

A partir de los 6 años, cepillarse los dientes un mínimo de dos veces al día con una pasta de dientes de, como mínimo 1450 ppm y tamaño “guisante”; aproximadamente, la anchura del cabezal del cepillo.    

HÁBITOS NO NUTRITIVOS 

Los hábitos orales no nutritivos (p. ej., chuparse los dedos o el chupete, bruxismo, empuje anormal de la lengua, etc.) pueden ejercer fuerza sobre los dientes y estructuras dentoalveolares. Se recomienda eliminar estos hábitos antes de los 24 meses de edad para evitar que ocurran maloclusiones y displasias esqueléticas.